lunes, 27 de julio de 2020

El cuento de la criada – Margaret Atwood

“Piensa en los problemas que tenían antes, ¿Acaso no recuerdas las dificultades de los solteros, la indignidad de las citas con desconocidos en los institutos de segunda enseñanza? El mercado de la carne ¿No recuerdas la enorme diferencia entre las que podían  conseguir un hombre fácilmente y las que no podían? Algunas llegaban a la desesperación y se morían de hambre para adelgazar, se llenaban los pechos de silicona, se achicaban la nariz. Piensa en la miseria humana.”


Hoy vengo con un libro icónico, que me dolió, fue muy fuerte para mí. Esta historia nos la narra Defred, una criada que vive en un mundo demasiado desastroso, y es que en este lugar llamado Gilead en el que vive nuestra protagonista, al parecer ocurrió una guerra, que dejó a gran parte de la población estéril. Amparados bajo esta guerra varios políticos teócratas se hacen con el poder, suprimen la libertad de prensa y la libertad de las mujeres.

Defred es una criada, que vivió todo este cambio de la vida en que las mujeres eran libres, perdió todo, tenía su familia, casa, trabajo, un nombre y ya no tiene nada. Las criadas van vestidas de rojo, que a mi parecer es un símbolo de fertilidad y es que las criadas son las únicas mujeres fértiles, cuya función es únicamente procrear, junto a ella en la casa viven dos martas que son las que están encargadas de las labores domésticas y una esposa que es la que representa la clase alta, las cuatro al servicio de un comandante, el típico “hombre de la casa”.

Tengo muchas impresiones de esta lectura, me causó mucho miedo, igual que muchas distopías, y es que fue exageradamente difícil de leer muy denso, muy pesado, muy doloroso y no paraba de pensar en que seguramente si fuera por unos cuantos, las mujeres estaríamos en esa situación en que nuestras labores sean solo domésticas, procrear, o posar de amorosas delante de todo el mundo, sin nada de nuestra propiedad, sin educación, sin posibilidad de ser felices, solo de servirles a quienes mandan.

Hubo algo que me llamó mucho la atención y es que hay varios pasajes del libro en los que mencionan a las no mujeres, que son las que rechazan dedicarse a cualquiera de esos oficios  y eso es un poco lo que más me hizo pensar que no estamos nada lejos de esta distopía, en nuestra cultura por más exitosa que sea una mujer, si no está casada, no tiene hijos, no se dedica a su casa, se considera que no es realmente feliz o no está realmente completa.

En resumen, me quedo profundamente asustada por todo lo que podría pasar con el poder en manos de unos cuantos, el libro es una crítica a la sociedad patriarcal, es una crítica al clasismo y es seguramente lo mejor que he leído este año.

óóóóó/5

 

 

 


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